Algunos de vosotros, con buena lógica, os preguntáis: «¿por qué eliminar un órgano sano en un animal?». Como todo acto quirúrgico, hemos de decidir poniendo en la balanza riesgos y beneficios. Los perros llevan domesticados por el hombre entre 17 y 31.000 años, según las últimas estimaciones… ¡la primera especie domesticada, nada menos!. Tras cientos de años de selección genética artificial (escoger a unos cachorros en detrimento de otros, eliminar animales «no estéticos», etc.) tenemos con nosotros a la especie con la mayor variabilidad física del mundo.
Así, seleccionando animales a lo largo de muchísimo tiempo por caracteres externos (el color del pelo y la forma del hocico, por ejemplo) se pierden resistencias a ciertas enfermedades y se fomentan algunas patologías graves.
Por ello, en la perra tenemos un altísimo índice de problemas en su sistema reproductivo:
-Tumores de mama malignos: una de las primeras causas de muerte en perras. Riesgo eliminable en un 95% si la operación se realiza entre el primer y segundo celo.
-Infecciones de útero (piómetras): la única solución es quirúrgica, la mayoría de las veces cuando son ya mayores y con grave deterioro orgánico por la infección (cirugía de mayor riesgo).
– Pseudogestaciones: «embarazos psicológicos», que en realidad son transtornos hormonales. Pueden derivar en mastitis.
– Tumores vaginales y quistes ováricos.
– Camadas no deseadas: todas las perras que las sufren tienen un propietario que alguna vez dijo: «no, a ella no le pasará porque la tenemos controlada».
En machos tenemos: alto riesgo de cáncer testicular, hiperplasia de próstata y problemas endocrinos.
¿Y en el otro lado de la balanza?
– Es una intervención quirúrgica con anestesia general. Con un buen control prequirúrgico y con los grandes avances actuales en técnicas anestésicas, quirúrgicas y en monitorización los riesgos se reducen prácticamente a cero.
– Cierta tendencia al sobrepeso: muy manejable con dieta y ejercicio. Tengamos en cuenta que muchos animales no operados también sufren de obesidad.
– Incontinencia en hembras mayores: ocurre en un índice muy bajo de casos y es controlable médicamente.
Recordemos que en España estamos muy arriba en la lista de países con alto número de animales abandonados y con incidencia de problemas médicos derivados de la no esterilización. Hagámoslo por ellos: mayor calidad de vida y longevidad, menor índice de abandono.
