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Urgencias y primeros auxilios en caninos

 

¿Alguna vez has pensado en cómo reaccionarías si vieras que tu perro sufre un accidente y no sabes cómo atenderlo?. Y si un día se atragantase comiendo, ¿sabrías qué hacer para ayudarle sin hacerle ningún daño? Porque a veces los accidentes ocurren, queremos darte unas pautas de actuación para socorrer a tu perro y que, de este modo, os de tiempo a llegar al veterinario y conseguir que mejore.

 

Lo más importante si nuestro perro sufre un accidente o se enferma repentinamente es que no perdamos los nervios, ya que él ya estará lo suficiente nervioso y con nuestro estado podríamos alterarlo aún más. Procederemos a llamar a nuestro centro veterinario habitual, o al servicio de urgencias veterinarias si es fin de semana o festivo, y pediremos cita urgente así como las primeras indicaciones de qué primeros auxilios son necesarios hacer antes de llevarlo, o de cómo llevarlo.

 

  • En el caso de que sospechásemos o tuviésemos constancia de la ingesta de algún tóxico podríamos llamar al Servicio de Toxicología para que nos indiquen las primeras medidas. Nunca es aconsejable administrar agua, leche o cualquier otro producto por vía oral.

 

  • Si el problema de nuestro perro es que se ha hecho una herida importante, lo adecuado, antes de empezar, sería ponerle un bozal para así evitar posibles accidentes. En el caso de que presentase vómitos o dificultad respiratoria ponerle el bozal sería demasiado arriesgado, así que lo evitaremos. Hay unas directrices básicas a seguir como, por ejemplo, que para una cura de emergencia nunca usaremos algodón directamente sobre la herida, el algodón suele soltar hilos que se quedarían adheridos, retrasando la cicatrización y promoviendo infecciones. Evitar alcohol y agua oxigenada. Por lo tanto, lo más conveniente será colocar una gasa estéril, humedecida con agua fresca (aun mejor suero fisiológico), sobre la herida y sujetarla con una venda y un esparadrapo (éste solamente pegado sobre tejido sano). Esto nos aguantará hasta llegar a la clínica y que el veterinario valore la gravedad de la misma y le haga el tratamiento adecuado.

 

  • Si detectamos en nuestro perro síntomas como lagrimeo, picor en los ojos, zonas de la cara hinchadas, estornudos, dificultad respiratoria, colapso y/o pérdida del conocimiento, podría ser por una reacción alérgica. Cuanto más grave es el síntoma más pronto debes acudir al veterinario.

 

  • Si nuestro perro tiene un ojo medio cerrado o inflamado, o estornuda sin razón y con mucha fuerza, arrugando la nariz y frotándose el hocico con las patas, o se lame las extremidades de manera insistente, o bien empieza a mover la cabeza de un lado al otro bruscamente, la causa más común es que una espiga de gramínea esté produciéndole ese malestar. En ocasiones es necesario realizar una sedación para extraerla: tu veterinario te ayudará a sacársela sin hacerle daño.

 

  • En caso de problemas oculares, no está indicado administrar manzanilla ni colirios de ninguna clase, pues sin conocer la causa y el estado del ojo podrían empeorar el cuadro. Podemos aplicar unas gotas de suero fisiológico estéril antes de ponernos en contacto con nuestro centro.

 

  • Si nuestro perro tiene una hemorragia grande por una herida podría llegar a perder el conocimiento, así que sería conveniente aplicar un vendaje urgentemente. En el caso de que la hemorragia no cese, o sea excesiva, un torniquete sería lo más adecuado para detener el sangrado (si la herida es en una extremidad o en la cola). Recomendamos aflojarlo, entre 30 segundos y un minuto, cada 15 minutos. Así podremos evitar, en la medida de lo posible, un shock hipovolémico mientras trasladamos el perro al veterinario.

 

  • Si nuestro perro se ha sufrido una quemadura hay que saber de qué tipo se trata. Si es de primer grado (piel enrojecida, pelo chamuscado), agua del grifo sobre la zona podría servir como primera medida antes de acudir al centro; si ésta ha sido producida por algún producto químico tendremos que lavarle bien la piel con agua abundante durante 10-15 minutos; pero si la quemadura es de mucha gravedad, podría llegar a sufrir consecuencias importantes. En cualquier caso acudiremos al centro veterinario sin perder tiempo.

 

  • Si notamos que nuestro perro jadea más de lo normal, hace mucho ruido al respirar o tiene la lengua azulada, violácea o gris podría tener un problema respiratorio o cardíaco. ¡A urgencias!

 

  • Si tiene continuos intentos de vómito sin éxito, comportamientos extraños, inquietud y ansiedad, híper-salivación, abdomen hinchado y terso, posición encorvada del cuerpo, respiración entrecortada con jadeos rápidos o tos podría deberse a una torsión o vólulo gástrico. La intervención especializada es necesaria y debe ser realizada inmediatamente.

 

  • Si nos encontramos con que nuestro perro pudiera tener algún elemento en su garganta asfixiándole, intentaremos sacarlo con cuidado. Para empezar inclinaremos su cabeza hacia arriba y mantendremos su boca todo lo abierta que podamos para intentar extraer ese objeto con nuestras manos. A veces no es posible hacerlo así, entonces realizaremos la maniobra de Heimlich: nos situaremos de rodillas tras de él, le rodearemos con los brazos por debajo de sus costillas y los estrecharemos varias veces presionando enérgicamente, sin llegar a hacerle daño. Si no lo logramos y nuestro perro empieza a ahogarse lo mejor es llevarle sin perder más tiempo a la clínica.

 

  • Por otro lado, si crees que tu perro puede estar sufriendo una lesión interna o de la columna vertebral procederemos a colocarlo con mucho cuidado encima de una tabla, una manta o una chaqueta, que sean firmes, para que nos haga de camilla provisional para facilitar el traslado y así evitarle movimientos bruscos. En todo momento, si el transporte se realiza en coche alguien deberá acompañarnos sujetar al perro en el asiento.

 

·         Y para finalizar, Regla de Oro: en ningún caso es aconsejable medicar a nuestros animales sin consultar a un profesional, existe un gran porcentaje de casos atendidos en los centros veterinarios debidos a la “automedicación”.

 

IMPORTANTE: La realización de estos primeros auxilios no anulan la importancia de acudir al veterinario, ya que éste le dará a nuestra mascota el tratamiento correspondiente y adecuado que el perro requiera en cada caso. Siempre es recomendable, como mínimo, un contacto telefónico con la clínica veterinaria. 

 

 

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